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Mi abuelo
Luis González Martín, nacido en 1937, era jornalero y trabajaba en el campo segando y cuidando el ganado. Cuando no había trabajo en la recolección se buscaba la vida en la construcción para conseguir más dinero para su familia, con lo que se pasaba todo el día trabajando, sin descansar ni Sábados ni Domingos. -
Mi abuela
Rumalda Torrejón Fernández, nacida en 1939, era costurera desde pequeña como su madre y su otra hermana. Los estudios que tenía eran básicos ya que no estudió carrera, y a los dieciséis años tuvo que dejar la escuela porque aunque siempre le había encantado ir, en esa época era frecuente tener que dejar los estudios para ponerse a trabajar y ayudar a a la familia. -
El comienzo de una vida entera juntos
Se conocían de toda la vida del pueblo (de Valdemoro) pero nunca habían hablado. Un día en el que coincidieron en la Verbena, mi abuelo la invitó a bailar, dando comienzo a una verdadera historia de amor. -
La boda
Comenzaron su vida en común. La situación económica de donde vivían y de la familia, la falta de oportunidades para mejorar y las ganas de salir del pueblo les ayudó lo suficiente para buscar un trabajo mejor pagado aunque eso supusiera irse de España. -
Rumbo a Alemania
Decidieron irse a Alemania porque era donde más trabajo había y estaba bien remunerado. El viaje lo hicieron en autobús y tardaron tres días. Fueron en una expedición de 50 personas españolas. -
Adaptándose en Alemania
Les fui muy bien, pero a lo que tardaron en acostumbrarse , como es normal, fue a la lengua alemana y el tratar con la gente de allí (hay que decir que aunque pasaron momentos complicados debido a ello nunca se sientieron excluidos).
Gracias a que llevaban los contratos hechos desde España tuvieron una mejor seguridad social. Mi abuelo trabajaba en una fábrica de hierro en Frankfurt y mi abuela en una fábrica de costura. Lo fines de semana trabajaban también en una frutería. -
Segundo año en Alemania
Dejaron la habitación que alquilaron al principio en Frankfurt y comenzaron a vivir en la casa en la que trabajaban, tambien en Frankfurt (en los días de descanso de su trabajo habitual), ayudando a un matrimonio alemán en el cuidado de una granja. -
El lado bueno y el lado malo de vivir en Alemania
Se sentían agusto y felices porque estaban ganando dinero que era lo más importante y también porque hicieron en ese tiempo grandes amigos españoles que estaban allí por los mismos motivos. Eran jóvenes y se tomaban todo con optimismo.
Lo que peor llevaban era el comunicarse con su familia por cartas (estas eran el único medio de comunicación) una vez al mes. -
Regreso a Valdemoro
Finalmente cuando la situación en España mejoró y supieron que iban a tener, regresaron a su lugar natal.
